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El sexo después de los 70 años previene cuadros de depresión
18.02.2013 11:26
Virectil Turbo Hombre es un suplemento a base de plantas naturales que se utiliza para tratar la disfunción eréctil y aumentar el apetito sexual. La fórmula avanzada de Virectil Turbo Hombre le ayudará a conseguir una erección en un corto espacio de tiempo, y sus efectos pueden permanecer por un período de 72 horas siempre que exista un estímulo externo.
El sexo después de los 70 años previene cuadros de depresión
Es una de las principales conclusiones de las Jornadas de Salud Mental en Adultos Mayores celebradas en nuestra ciudad. Los prejuicios sociales sobre la sexualidad activa de ancianos.
“Dejá la página en blanco, el sexo a los 70 no existe”, comentó socarronamente un compañero de este medio, mientras otros varones se reían. Y no hizo más que reflejar plenamente el prejuicio social respecto de la sexualidad en los adultos mayores. Claro, ¿no pueden imaginarse a dos abuelos en la cama?
Sin embargo, una de las principales conclusiones de las Primeras Jornadas de Salud Mental en el Adulto Mayor, organizadas por el Ministerio de Salud provincial, indica que el sexo es un camino seguro hacia el bienestar psicofísico y que ser viejo no tiene porqué ser aburrido.
“Cuando nosotros pensamos que el viejo tiene que pasar a cuarteles de invierno, como dice el tango, en relación a la sexualidad, es pedirle que se exilie de un mundo de fantasía, de reconocimiento, de amor, de placer, de todo eso que nos hace vibrar a lo largo de la vida”, dice Ricardo Iacub, docente investigador de la Universidad de Buenos Aires y especialista en psicología de la tercera edad.
¿Pero realmente se puede tener sexo, el cuerpo responde o no?
“Lo que tiene que saber la gente es que a esta edad los procesos de erección o de amesetamiento, luego del orgasmo, son más lentos en el hombre. También en la mujer es más lento que la vagina se llene de sangre para sentir el orgasmo, pero no quiere decir esto que hemos perdido algo, sino que ha cambiado”, indica.
“Además, tenemos que pensar la erótica, la sexualidad en términos mas amplios. Hace falta que la sexualidad la escindamos un poco de la genitalidad, porque la genitalidad tiene sus tiempos, sus formas y limitaciones para todos a lo largo de toda la vida. La sexualidad tiene que ver con la seducción que se promueve con la pareja, esa sensualidad, ese contacto íntimo que no siempre pasa exclusivamente por la penetración”, explica Iacub.
Sin dejar de ser realista, el especialista indica que algunas enfermedades crónicas, como la diabetes, la artritis o problemas del corazón, pueden limitar pero nunca invalidar la actividad sexual, por lo cual aconseja que los pacientes soliciten a los profesionales medicamentos que no les afecte tanto su función eréctil.
De todos modos, más que los obstáculos físicos, las limitaciones para tener una actividad sexual plena provienen de los prejuicios sociales.
“ Muchas mujeres mayores sienten que sus cuerpos no son lindos, por lo tanto no se animan a convocar a un hombre. Por el lado de los varones, cuando no tienen firmeza en su erección se retraen, porque se sienten menos hombres, menos viriles , pero eso no significa de modo alguno que no podrá hacerla gozar a su compañera”, señala.
Actualmente existe evidencia empírica que demuestra que el sexo alarga la vida; por eso, lejos de asumir que después de viejos no hay más nada por hacer, lo bueno es no quedarse solo, buscar un grupo de amigos, animarse a volver a formar pareja.
Según la experiencia de Iacub, los centros de jubilados o los viajes que organizan algunas instituciones son los lugares donde más frecuentemente se forman nuevas parejas.
La crisis es a los 50
En sus estudios sobre el erotismo en la tercera edad, Ricardo Iacub indica que las “pérdidas” o crisis sobre sexualidad empiezan en realidad a los 50 y no a los 70. Esto es así porque el cuerpo comienza a cambiar, acusa más achaques y toma formas que socialmente son mal vistas, como la pancita y la calvicie.
A esto se le suma que los hijos se van de casa, lo que obliga a replantear el vínculo con la pareja.
“Por eso, a los 50 es la edad para repensar la sexualidad y sus cambios, para no llegar a la vejez con la sensación de no poder hacer nada”.
Sin embargo, una de las principales conclusiones de las Primeras Jornadas de Salud Mental en el Adulto Mayor, organizadas por el Ministerio de Salud provincial, indica que el sexo es un camino seguro hacia el bienestar psicofísico y que ser viejo no tiene porqué ser aburrido.
“Cuando nosotros pensamos que el viejo tiene que pasar a cuarteles de invierno, como dice el tango, en relación a la sexualidad, es pedirle que se exilie de un mundo de fantasía, de reconocimiento, de amor, de placer, de todo eso que nos hace vibrar a lo largo de la vida”, dice Ricardo Iacub, docente investigador de la Universidad de Buenos Aires y especialista en psicología de la tercera edad.
¿Pero realmente se puede tener sexo, el cuerpo responde o no?
“Lo que tiene que saber la gente es que a esta edad los procesos de erección o de amesetamiento, luego del orgasmo, son más lentos en el hombre. También en la mujer es más lento que la vagina se llene de sangre para sentir el orgasmo, pero no quiere decir esto que hemos perdido algo, sino que ha cambiado”, indica.
“Además, tenemos que pensar la erótica, la sexualidad en términos mas amplios. Hace falta que la sexualidad la escindamos un poco de la genitalidad, porque la genitalidad tiene sus tiempos, sus formas y limitaciones para todos a lo largo de toda la vida. La sexualidad tiene que ver con la seducción que se promueve con la pareja, esa sensualidad, ese contacto íntimo que no siempre pasa exclusivamente por la penetración”, explica Iacub.
Sin dejar de ser realista, el especialista indica que algunas enfermedades crónicas, como la diabetes, la artritis o problemas del corazón, pueden limitar pero nunca invalidar la actividad sexual, por lo cual aconseja que los pacientes soliciten a los profesionales medicamentos que no les afecte tanto su función eréctil.
De todos modos, más que los obstáculos físicos, las limitaciones para tener una actividad sexual plena provienen de los prejuicios sociales.
“ Muchas mujeres mayores sienten que sus cuerpos no son lindos, por lo tanto no se animan a convocar a un hombre. Por el lado de los varones, cuando no tienen firmeza en su erección se retraen, porque se sienten menos hombres, menos viriles , pero eso no significa de modo alguno que no podrá hacerla gozar a su compañera”, señala.
Actualmente existe evidencia empírica que demuestra que el sexo alarga la vida; por eso, lejos de asumir que después de viejos no hay más nada por hacer, lo bueno es no quedarse solo, buscar un grupo de amigos, animarse a volver a formar pareja.
Según la experiencia de Iacub, los centros de jubilados o los viajes que organizan algunas instituciones son los lugares donde más frecuentemente se forman nuevas parejas.
La crisis es a los 50
En sus estudios sobre el erotismo en la tercera edad, Ricardo Iacub indica que las “pérdidas” o crisis sobre sexualidad empiezan en realidad a los 50 y no a los 70. Esto es así porque el cuerpo comienza a cambiar, acusa más achaques y toma formas que socialmente son mal vistas, como la pancita y la calvicie.
A esto se le suma que los hijos se van de casa, lo que obliga a replantear el vínculo con la pareja.
“Por eso, a los 50 es la edad para repensar la sexualidad y sus cambios, para no llegar a la vejez con la sensación de no poder hacer nada”.
Los mejores afrodisiacos naturales para aumentar el deseo sexual:
Virectil Turbo Hombre, 10 cápsulas
Virectil Turbo Hombre es un suplemento a base de plantas naturales que se utiliza para tratar la disfunción eréctil y aumentar el apetito sexual. La fórmula avanzada de Virectil Turbo Hombre le ayudará a conseguir una erección en un corto espacio de tiempo, y sus efectos pueden permanecer por un período de 72 horas siempre que exista un estímulo externo.
Virectil Turbo Hombre con su combinación única de ingredientes naturales y plantas medicinales, ayuda a aumentar el flujo de sangre al pene y también aumentar la libido, lo que aumenta el nivel de testosterona.
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